La burbuja inmobiliaria de los alquileres

Actualmente los pisos que entran en alquiler duran escasas horas en el mercado debido a la falta de oferta. Esta escasez total de oferta unida a la gran demanda es la causante de la ya conocida como “burbuja del alquiler”. Tal y cómo ocurrió en los años previos a la crisis en el sector del ladrillo, los precios se están inflando de una manera descomunal, hasta tal punto que en zonas como Madrid o Barcelona los alquileres pueden alcanzar los 2.000€ mensuales, precios nada asequibles para la mayor parte de la población.

 

 La dificultad de acceso a los créditos, tanto por las condiciones estipuladas por las entidades bancarias, como por la subida de los tipos de interés derivada del incremento del euríbor, son factores que actúan como un cóctel perfecto para que aquellas personas que no tienen acceso a un crédito hipotecario se vean obligadas a alquilar, reduciendo así oferta en comparación con la demanda, lo que agrava enormente este gran incremento en los precios.

 

 

 Desgraciadamente la respuesta a esta pregunta es un rotunodo NO, y la entrada de la nueva Ley de Vivienda no ha hecho más que empeorar la situación; son muchas responsabilidades, obligaciones y limitaciones las que se le plantean a los propietarios, de ahí que decidan optar por otro modelo de alquiler más seguro y rentable como es el de invierno o estudiantes, o el vacacional puro. El turismo español está en auge, tanto en lo que respecta al turismo nacional como al internacional, y los alquileres de apartamentos están más de moda que nunca. Plataformas como Airbnb o Booking ponen en contacto a millones de propietarios y turistas para que estos últimos puedan pasar unos días en el destino solicitado a precios más económicos que los ofrecidos por los hoteles. Este hecho hace que los propietarios de los inmuebles prefieran poner su vivienda en alquiler vacacional, el retorno de la inversión es mucho mayor, al igual que la seguridad.

 

 Por otra parte y tal como comentábamos anteriormente, existe otro factor que está siendo determinante a la hora de que la oferta sea tan escasa, y es el miedo por parte de los propietarios frente a la probabilidad de que se produzcan impagos por parte de los inquilinos, así como los posibles desperfectos que éstos puedan ocasionar en sus viviendas. Otro de los riesgos que contemplan los propietarios es el peligro de que su vivienda sea subarrendada o que sea ocupada por más gente de la que se ha establecido en el contrato.

Afortunadamente, desde las agencias inmobiliarias, contamos con las herramientas necesarias para minimizar los riesgos, por lo que animamos a los propietarios a poner sus viviendas a disposición del mercado ya que no es sano para nuestra economía que se vuelva a dar otra burbuja, aunque ésta venga dada en el campo de los alquileres.