Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE) en nuestro país existen más de tres millones de viviendas vacías ya sea porque no se consiguen alquilar o vender, o porque los propietarios prefieren no llevar a cabo ningún tipo de acción por miedo a que su propiedad sufra daños o desperfectos, viéndose obligados a invertir en sendas reparaciones.
¿Pero, sabemos realmente cual es el costo de tener una vivienda vacía?
Son muchos los gastos derivados de una vivienda, esté ocupada o no, es más, se estima que los costes pueden alcanzar de media los 2.000 € anuales, y es que, que una vivienda se encuentre desocupada obviamente no exime de pagar los gastos derivados de la misma.
Todas las viviendas o inmuebles tienen una serie de gastos fijos a los que hay que hacer frente de manera obligatoria, a saber:
El Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Dependiendo de la comunidad autónoma, la población o los metros cuadrados de la vivienda el IBI tendrá un gravamen u otro, pero se estima que la media es de 500 € anuales sin contar garajes ni trasteros, lo que puede incrementar el mismo en 120 €.
Seguros. Normalmente las viviendas cuentan con seguros que para prevenir posibles accidentes o desperfectos. El coste de un seguro de hogar para una vivienda vacía puede rondar los 200 € anuales.
La cuota de la comunidad de vecinos y derramas. Otro de los gastos fijos e ineludibles. Esta cuota dependerá de los servicios con los que cuente el edificio o urbanización, además, a lo largo del año se suelen producir derramas en concepto de reparaciones o mejoras extras. Los gastos derivados de los servicios comunitarios suelen ser de los más elevados, especialmente cuando la vivienda se encuentra vacía.
Suministros. Los servicios de agua, electricidad y gas tienen unos costes mínimos aunque no se usen (cánones, peajes, etc.), se estima que anualmente estos gastos fijos pueden suponer más de 500 € anuales.
La hipoteca. No todas las viviendas vacías están libres de esta carga, por lo que si a los gastos anteriormente citados le añadimos la hipoteca, el costo derivado de tener la vivienda desocupada se dispara enormemente.
Tal y como se observa, el precio de tener una vivienda vacía es enorme, por lo que la mejor opción es la de intentar alquilarla o venderla. En el caso del alquiler, podremos hacer frente mes a mes a los gastos que se derivan de tener una vivienda en propiedad. Además de ello, las costas de los suministros recaerán sobre el inquilino.
Aunque alquilar nuestra vivienda pueda generar gastos de posibles reparaciones, o el tener que suministrar algún enser al inquilino, sale muchísimo más caro tener la vivienda desocupada, aunque como siempre, esto es una cuestión totalmente personal.