
La tendencia del alquiler de vivienda turística ha cobrado fuerza en nuestro país durante los últimos años, especialmente a raíz de la crisis, ya que muchas familias han visto mermados sus ingresos, teniendo que ingeniárselas a la hora de poder disfrutar de unas vacaciones sin que esto suponga pasar el año arrastrando una lacra económica.
Además de que alquilar un apartamento para pasar unas vacaciones en la costa suele salir más económico que optar por hoteles u otro tipo de alojamientos, muchos clientes prefieren esta opción ya que aseguran les confiere mayor libertad a la hora de entrar y salir y muy especialmente a la hora de pasar el tiempo libre con la familia y/o amigos pues permite comer y cenar todos juntos, cosa que en hoteles y similares les es más complicado.
Tal y como hemos comentado, son numerosas las ventajas para aquellos que deciden alquilar un apartamento para pasar sus vacaciones en la costa, pero también se ha de tener en cuenta que pueden ocasionarse problemas, especialmente de tipo legal. Según recientes estudios, en lugares como Gandía han proliferado en un 15% los alquileres ilegales, se estima que existen al menos 2500 apartamentos que no cumplen con las normativas vigentes, como estar dados de alta correctamente en la Agencia Valenciana de Turismo.
Pero lo más preocupante sin duda es la problemática derivada de los alquileres por internet. En numerosas ocasiones los inquilinos con finalidad de ahorrarse un poco de dinero se arriesgan a rentar apartamentos sin ningún tipo de respaldo legal. Los estafadores generan un contrato, aparentemente reglamentario, facilitan fotos del inmueble (las cuales pueden obtenerse fácilmente por internet) y una dirección real (la cual suele corresponderse con un domicilio particular en el que vive una familia).
Entonces, ¿cómo podemos percatarnos de la trampa? La estafa puede percibirse en primer lugar por el precio de la vivienda, ya que suele ser bastante más barata que lo ofertado por profesionales del sector. Además de ello, en este tipo de estafas se suele pedir el 50% del importe total, otro indicativo de que nos encontramos frente a una estafa ya que en el sector inmobiliario se suele pedir un anticipo para formalizar la reserva del 20 o el 30% del total. Debido precisamente a lo llamativo del precio, los clientes potenciales muerden el anzuelo, pero al llegar al destino se encuentran con que el apartamento en cuestión no existe, o que en él reside una familia, y que la persona con la que formalizaron la reserva no contesta a las llamadas o que directamente ha dado de baja el número de teléfono.
Desde A&C Gandía como siempre queremos lo mejor para nuestros clientes, por eso os recomendamos gastar un poquito más pero asegurándoos así unas tranquilas y placenteras vacaciones, dejad vuestro disfrute en nuestras manos, ¡no os decepcionaremos!